Tu piensas que yo juego a salir corriendo… y no te das cuenta que corro forzada por las situaciones a las que me tengo que enfrentar… tu crees que yo no soy lo que quieres… pero no te das cuenta que tú sí eras lo que yo quería… tu pretendes aparentar ser algo que tu fondo nunca te dejará ser… y no te das cuenta que yo sí supe ver ese fondo…
Mientras tanto, juego a explotar burbujas de jabón que van cayendo… y explotan antes de hacerlo con el suelo…
Mientras tanto dejo escapar mis suspiros porque yo ya no los quiero, para que viajen con quien alguna vez fueron…
Y entre el cansancio, el insomnio acusado, y la falta de tus labios, tu cuerpo y tu capacidad para dejarme en blanco… me vuelvo loca pensando, cerrando los ojos, y casi sintiendo tus labios, pero casi que no me atrevo a volver a abrir los ojos… te pierdo, desapareces, y no te veo… y te quiero aquí ahora…
Te quiero aquí ahora…
Un millón de palabras no pueden hacer que vuelvas. Lo sé, porque lo he intentado. Tampoco un millón de lagrimas. Lo sé porque he llorado hasta no poder más.
Tal vez lo único que duele más que decirte adiós es no haber tenido la ocasión de haberme despedido de ti.
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